Sheik Hussein

En el siglo XIII un jeque musulmán llegó desde Arabia a la costa Africana, se asentó en una zona cercana a las montañas Bale y desde ahí predicó el Islam durante toda su vida y hasta su muerte. Su tumba con el tiempo se convirtió en un santuario y más adelante un pueblo surgió a su alrededor.

Sheik Hussein es un pequeño pueblo rural amurallado que a efectos espirituales ha constituído durante centenares de años una especie de Mecca en Etiopía, un punto espiritual de peregrinaje para los seguidores del Islam de la región del Cuerno de África, aunque mezclado también con otros cultos y creencias más locales, de forma que constituye un verdadero lugar de intercambio donde religión y tradiciones de diversos pueblos se han mezclado a lo largo de los siglos.

En Sheik Hussein se encuentran diversas mezquitas, santuarios, lagos y cuevas artificiales y complejos de residencias, todo ello en un enclave pequeño nacido para y por el culto. El lugar acoge 2 veces al año ceremonias religiosas muy especiales a las que acuden miles de peregrinos de todos los rincones de la región al Este del país, mezclándose etnias y creencias que cumplen con su misión vital a través de rituales, cánticos y celebraciones.

Sheik Hussein es un lugar muy remoto, con poca infraestructura y, por lo tanto, muy auténtico. Es probablemente una muestra de como debió ser Etiopía unos 50 años atrás, antes de la aparición del turismo que, aunque no muy abundante, ha afectado a la vida de muchas comunidades locales.